domingo, 7 de junio de 2015

COMERCIO JUSTO

Es un comercio diferente al comercio convencional, que se basa en la justicia social, calidad de producto y el cuidado de la naturaleza. Fomenta una vinculación directa y de largo plazo entre pequeños productores y consumidores y  contribuye a la construcción de un modelo de desarrollo sustentable y solidario. Nace de la llamada “sociedad civil”, no proviene de una política económica porque no proviene del Estado, surge en la década de 1940 en el norte de Europa, donde organizaciones no gubernamentales (ONG) empezaron a comercializar artesanías y productos agropecuarios que adquirían directamente de los productores.

En el comercio justo, los productores obtienen un ingreso digno y estable que impulsa sus propios procesos de desarrollo económico, social y cultural. Por otro lado,  los consumidores reciben un producto de calidad certificada, elaborado con respeto a la salud y cuidado a la naturaleza.

El Comercio Justo debe su existencia en buena medida a las deficiencias del sistema globalizado de libre comercio que impiden la participación plena y digna de múltiples grupos sociales, entre ellos, de pequeños productores y consumidores.

Como consecuencia, hay una distribución inequitativa de la riqueza y de los recursos nacionales, altos índices de pobreza, marginación, carencia de servicios públicos y falta de consideración en general de una parte importante de la población mexicana, en particular de la población indígena.

El libre comercio y el libre mercado no son libres, ya que la participación activa está cada vez más restringida a las empresas económicas más fuertes, ya sean nacionales o trasnacionales.

En la convencional cadena productiva - industrial - comercial, la entidad que más beneficios obtiene y que menos riesgos corre es el intermediario comercial. Las fluctuaciones de los precios del mercado, resultado del libre comercio global y de la especulación, afectan principalmente a los pequeños productores y a los consumidores.

El comercio justo llegó a nuestro país en la década de 1990 y encontró un espacio entre los productores agrícolas. Mientras los programas gubernamentales apoyaban económicamente la producción de los grandes terrenos dedicados a la agroexportación, los pequeños productores de temporal, a falta de apoyo, terminaron por cambiar de giro y migrar a las ciudades o a los Estados Unidos. Esta situación propició que varias ONG, preocupadas por el campo mexicano, empezaran a impulsar el comercio justo. En la actualidad, en México existen más de 50 organizaciones en el catálogo internacional de comer justo. Estas organizaciones se localizan en los estados del sur y sureste.


Aunque se hable de comercio justo en México hay una diferencia entre este y el de los países desarrollados. Mientras allá pagan más por este tipo de productos y por los productos orgánicos, en México los precios de los productos del Comercio Justo tienen que competir con los comerciales, pues los consumidores no son conscientes de la necesidad de respetar el medio ambiente y de crear relaciones de trabajo justas. Además, cabe señalar que el poder adquisitivo de los mexicanos es muy bajo. 




























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